viernes, 1 de agosto de 2008

Homenaje a Alejandro Aura

NOS VAMOS, DIJISTE…
Homenaje a Alejandro Aura













“Así pues, hay que en algún momento cerrar la cuenta,
pedir los abrigos y marcharnos,…
Nos vamos. Hago una caravana a las personas
que estoy echando ya tanto de menos, y digo adiós.”
Alejandro Aura (1944-2008)


Para cuando yo vaya, para cuando te alcance,
déjame una palabra clara, blanca y transparente,
que se desgarre y me indique el camino.
Ahora me nutro con tu decisión del paso
que diste hacia la nada, mojándome los labios
con esta copa que contiene lágrimas y dolor
en brindis cómplice, sonriendo…
Estoy sorda y embebida en ese tiempo
de pájaros y verdes muertos que me has legado,
devorándome la ausencia de tu voz
límpida de odios, y nublándome los ojos
con tu claridad de mente cabal, hasta el último segundo.

Te vas sencillamente hombre, simplemente grande
y plural: con tu individualidad íntegra e inviolada.
Nos vamos, dijiste…

Issa Martínez
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jueves, 31 de julio de 2008

martes, 1 de abril de 2008

PARAULES D'AMOR (Homenaje a Serrat)


Ay, mi amor
sin ti no entiendo el despertar,
ay, mi amor, sin ti mi cama es ancha,
ay, mi amor, que me desvela la verdad,
entre tú y yo la soledad
y un manojillo de escarcha

Así, tu gato y tus diez años durmiendo con mi niña
en la espera adolescente de los jazmines
cuando la niñez desvestía su goce entre las playas.
Allí, la sutileza temblorosa y quebrada del mundo
se llovió sobre la hierba con sabor a amor sin nombre,
y sobre la distancia de futuros florecidos
que buscaron el lamento de la piel.

Tu Penélope se metió en mis venas
con su estación de tren avivada
en la pausa del silencio que entre mis lágrimas cabe.
Quise ser astilla derrotada de la cruz del madero,
y la escalera significada en el requinto agitanado de tu voz,
y el cielo, paulatinamente ciego, suplantando
la intimidad estremecida a la arena que recogió tus palabras.
La libertad de aquella sonrisa de madre
quedó implícita en la mísera sangre de la cebolla,
para deshilar mi dolor en el sendero impreciso
por el gesto de las entrañas sin disfraz,
que bajo el resplandor de la luna
quiso hacer suyo cada niño, y borrar el fracaso invisible
del amor, que nunca pudo descubrir en cada hembra su mujer.

A veces me ahogo en la sencilla pulcritud de tus palabras
esperando el beso en la boca de la vida,
empapada en la verdad sin tristezas y sin remedio
de tus locuras sin tema ni diccionario, que en mis ojos,
se mezcla con la voz de la lluvia;
porque solo en la piel, porque solo en el acento de la piel,
pueden encontrarse su significado.

La alegría de mi nido seco y vacío
se bebe el sol y entibia el hambre
de aquel niño que lo robara…
¿Dónde pongo amigo, la libertad intensa de tu voz
que apaga el viento y arde en mis lágrimas?

Issa Martínez

miércoles, 24 de octubre de 2007

DE BRUCES

Un amanecer sin geografía
cae sobre un rostro infantil roto de tristezas…
su mirada me alcanza
desde el grito de su silencio desesperado.

Y yo muero entre sus lágrimas
queriendo ser Dios,
infinitamente castigada en mi soberbia
con la impotencia encostrada en mis hinojos.

De bruces
sobre la cordura muerta.

Issa Martínez

lunes, 2 de abril de 2007

LABIOS SIN SED



Despeñaderos nacen socavando
el ritmo rojo de la sangre, y acogen
las sílabas lúbricas de las palabras
para tornar rocas los acentos amorosos
que se quedaron extraviados en el limbo del silencio indúctil.

Antes, los ojos fueron hilo
bordándose en el hemisferio de los sueños,
y manos deletreando caricias
sobre un cielo evocativamente desorientado, errante
en su transitar sin máscaras, desnudo
de falacias, fiel a su verdad incompartida.

No hay espejos que restauren
los rumores íntimos con los que las olas se desvisten,
ni ecos que salven el canto de una sirena varada en leyenda sin voz:
tu piel no ha guardado nunca
la ternura desarraigada con la que el aire pare mis latidos de hembra.

Aquí, abajo…el sepulcro de aquellas palabras: junto al cáliz
desdeñado por tus labios sin sed…



Issa Martínez

MILAGRO EN LA CIUDAD


Grises enmascarados entre hojas secas,
asfaltos horadados de urbanas costumbres
acunan el temor de los pasos indecisos,
la violencia se instala -como puta- en cada esquina.

Quieren los pasos a desnivel ganar espacio al aire,

y a los ojos…

y a la claustrofobia…

y al crepúsculo…

El ruido es arco-iris
que amamanta el silencio de los pájaros:
verde, amarillo y rojo, son introducción
a la sobrevivencia que destierra a los invidentes.

Cláxones armónicos acompañan el miedo bebido
en cada sol: sangre, violación, coaliciones,
son colores de una primavera paulatinamente gradual
que va refrescándose con lágrimas sin dueño.

Al final, el milagro se posa en mi ventana,
entre mis dedos y pupilas: ¡una mariposa…!


Issa Martínez

miércoles, 14 de marzo de 2007

INCIENSO DE MADRUGADA TRISTE




Se me han extraviado las madrugadas,
esas en las que ocultábamos distancias y ausencias
con la sublime paz que regalan las sombras incipientes.

Mis lágrimas son estelas, donde la noche se vuelve repentinamente antigua,
pértigas de hielo fustigando los sueños y el candor de mi unicornio,
que yace desahuciado, esperando su sudario de lirios sedientos.

Tengo el translúcido cadáver de un gorrión
que expiró de frío, en las palmas de mis manos,
mientras el resol de un grito sordo, va haciendo cauce en mi pulso.

Ya el calor de la salamandra no es suficiente para mi piel
aterida de abandono, tu sonrisa antes tatuada en mis pupilas
con los primeros rayos del sol, se diluye.

Se me han escapado los aromas y los cantos de tus poemas,
estoy ansiando el tórrido refugio de tu voz, envolviéndome en las amanecidas frías.


(Llevo impreso en mi carne, el incienso de madrugada triste.)


Issa Martínez